miércoles, 28 de septiembre de 2016

Bloc de notas reciclado.

¡Hola a todos!

Llevo un tiempo sin aparecer pero he estado bastante liada y no he podido poner en práctica ideas nuevas. Por suerte estos días he podido hacer algo sencillo, rápido y reciclado. ¡Un bloc de notas!

Para ello solo necesitaréis:

- Una caja de cereales, o cualquier otro tipo de caja de cartón de ese tamaño, aunque si es algo más grande mucho mejor.
- Imágenes decorativas, (yo las saqué de Internet y las imprimí en un folio).
- Folios.
- Un cordón, en mi caso elegí uno elástico.
- Tijeras.
- Pegamento.
- Grapadora.


Lo primero que haremos será recortar uno de los laterales de la caja de los cereales y doblarlo por la mitad por la parte que no tiene dibujos. 


Estas serán las tapas de nuestro bloc y vamos a decorarlas con las imágenes que hemos impreso, así que coged el pegamento y adelante. Es posible que os queden salientes que tendréis que recortar. 



Yo forré tanto la parte externa como la interna para que se viese más bonito y personalizado.

Ahora graparemos los folios, doblandolos por la mitad y, posiblemente, tendréis que recortar también lo que sobre, al menos si habéis cogido una caja del mismo tamaño que la mía.


Lo principal ya estaría, ahora solo queda atarle una cuerdecita alrededor para poder cerrarlo y escribir todo lo que se os antoje: diario, agenda, notas varias, etc. Yo este cuaderno lo reservé para escribir las futuras ideas que se me ocurran para el blog. 


Esta idea la cogí un día curioseando por Internet y la verdad es que me gustó mucho porque es una forma de reciclar y de dar otro uso completamente diferente a una simple caja de cartón. Así que si este año te apetece ahorrar en agendas o cuadernos, o simplemente quieres personalizar el tuyo propio, te animo a hacerlo porque la mayoría del material seguramente lo tendrás por casa, así que no gastarás nada de dinero, y tampoco tiempo porque es muy fácil y muy rápido de hacer. 



Espero que os haya gustado y que os sigáis pasando por aquí. Tengo un montón de ideas en la lista de espera para subirlas en un futuro al blog, aunque últimamente estoy bastante liada con la universidad y otras cosas, aprovecharé todo hueco libre para seguir haciendo más manualidades y traéroslas.

¡Muchas gracias por pasaros y un besote fuerte!

miércoles, 7 de septiembre de 2016

Plastilina casera.

Hoy os traigo otra entrada más para los pequeños de la casa, y es que en nada ya están de vuelta al cole (algunos incluso ya lo han pisado) y las horas en casa se van reduciendo, así como el tiempo libre porque tienen que realizar sus tareas diarias del colegio.  Por ello, os traigo la última manualidad del verano, del mismo estilo que la de la entrada anterior, ya que no solo vamos a pasar un buen rato creándola, si no también jugando posteriormente con ella. ¡Vamos a crear nuestra propia plastilina casera!

Para no romper con la costumbre de siempre, en esta actividad no vais a necesitar muchos materiales ni tiempo, ya que es muy fácil de hacer y bastante económica. Quizás hasta encuentres todos los ingredientes por casa.

¡Vamos a ello!

Necesitaremos:

- Una taza de sal.
- Una taza de harina.
- Colorante alimentario.
- Una taza de agua.
- Un recipiente para hacer la mezcla.
- Cuatro vasos.
- Cucharas.



1. Mezclamos en un bol la harina y la sal, bien mezcladito. Y aquí hay dos opciones: mezclar el agua y el colorante a parte, o mezclar el agua junto a la harina y la sal y los colorantes añadirlos una vez tengamos la masa. Nosotros optamos por la primera opción porque pensé que así se añadiría mejor el color.



2. Vamos a echar 1/4 de agua del vaso que teníamos lleno en los cuatro vacíos de forma que se quede más o menos lleno como en la foto. Intentad no echar mucho agua porque si no la masa se quedará bastante blandengue y pegajosa. Una vez hayamos repartido el agua, vamos a echar unas gotitas de colorante en cada vaso y remover con la cuchara para que se mezclen bien.



3. Cogemos la mezcla de harina y sal y, si ya están bien integradas la una con la otra, la repartimos toda entre los vasos. Con ayuda de una cuchara, vamos a remover bien todos los ingredientes que tenemos en el vaso (sal, harina, agua y colorante) hasta conseguir una pasta densa. Más adelante, lo podemos amasar con las manos colocandolo sobre la mesa hasta obtener como resultado una masa compacta. Consejo: si vemos que la masa queda un poco blandengue o se pega mucho a los dedos, añadir más harina hasta que esto no ocurra.




4. Envolvemos cada masa en papel film y las dejamos reposar en la nevera media hora. Así conseguiremos que se quede algo más dura.


Y lo demás ya lo sabéis. ¡A jugar!



Si queréis conservar las figuritas que hagáis metedlo al horno unos 5-10 minutines o id observándolo de vez en cuando para evitar que se quemen. 


Aquí tenéis uno de los resultados tras hornearlo. Como veis es un recurso para no tener que comprar plastilina, que aunque no obtengamos un resultado exacto a la que se vende, nos hace el apaño y los niños se van a divertir tanto o más que si la comprásemos. Además, si la mantenéis bien tapada, en el mismo papel film, y en la nevera, se conservará durante varios días. 

¡Y aquí la manualidad de la semana! Perfecta para despedir el verano y prepararnos para la vuelta al cole, aunque algunos hayamos empezado ya.

¡Hasta pronto! 




sábado, 3 de septiembre de 2016

Arena mágica casera.

¡Hola a todos!

La entrada de hoy va dedicada a los más pequeños de la casa, y es que, últimamente se ha puesto muy de moda este producto, una especie de arena que al moldearla se queda compacta pero siempre puede volver a su estado original. Llama mucho la atención de los niños, que siempre están dispuestos a experimentar y a toquetear productos como estos, pero también la de los adultos, pues puede ser un medio ideal para combatir el estrés. A mí por lo menos me encanta ponerme a jugar con ellos siempre que la sacan y paso un buen rato distraída. Me relaja bastante, así que os animo a que los mayores también participéis en esta manualidad y juguéis con los pequeños. Quién sabe cuál de los dos se lo pasará mejor je,je,je.

¡Y vamos a la acción!

Para llevar a cabo esta manualidad necesitaréis:

- Un recipiente, si es de plástico mucho mejor.
- Una taza, para medir las cantidades.
- Aceite de bebé.
- Un paquete de maizena.
- Colorante alimentario (opcional*).



Os recomiendo utilizar un recipiente lo suficientemente grande para así poder jugar dentro de él y evitar ensuciar la casa. Nosotros, al no tener otro más grande utilizamos ese y a la hora de jugar nos colocamos platos debajo o salvamanteles.
En este recipiente vamos a echar la bolsa entera de maizena y el aceite. Atención: Os recomiendo que el aceite lo vayáis echando poco a poco hasta comprobar que la harina se puede compactar y no está demasiado grasa. A nosotros nos pasó un pequeño problema, y es que seguimos una receta de Internet en la que se usaban 450 gr de maizena y una taza entera de aceite y el resultado quedó demasiado graso, así que, para solucionarlo, echamos otro sobre de maizena.



¡Y ahora toca pringarse! Lo amasamos con las manos hasta conseguir que ambos ingredientes hayan quedado bien mezclados. Opcional: podéis echarle unas gotas de colorante pero nosotros no conseguimos tintar toda la mezcla. En su lugar obtuvimos unos puntitos de colores rojos y azules que también le daban un toque chulo.


Y con esto ya estaría todo... ¡Al ataque! 



Como veis es algo que no requiere ni mucho tiempo ni muchos ingredientes, que incluso podemos llegar a tener en casa. Además, lo bueno de esta arena mágica casera es que se puede conservar durante días sin que llegue a estropearse.  Algo práctico, económico, creativo y muy, muy divertido. 

Y hasta aquí por hoy. A partir de ahora intentaré subir entradas nuevas los miércoles y sábados, si la rutina me lo permite. 

¡No dudéis en probarlo! Un saludo.